Escrito VI: "Mucho mas que un Jardín"

Cuando salgo bien por la mañana a mi Jardín del Edén, oigo esos cantares celestiales de pájaros; hojas que bailan al compás del viento. Colores y olores de flores, de percepción divina. Neutralizando cualquier dejo de mala energía, ese viento me acaricia y hace reflotar una sonrisa.

Ya nada queda casi de aquella soberbia oscuridad; llevo un fuerte escudo contra ladrones de sueños y de almas que brillan.

Me gusta tanto aprender, cada día más. Tanto de lo bueno, como de lo malo (si esto te hace aprender, claro).

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