Jaque!
movés luego,
enroque y,
jaque mate!
La Reina no supo,
defender a su Rey.
Ay, esos caballitos!
Pobrecitos !
Se fueron los dos,
al galope del corazón.
Tus peones mientas tanto,
te daban la espalda.
Mirando a tus torres,
como ellas se derrumbaban,
y te quedaba ya
poco tiempo para mover.
Asi es en el tablero,
tal como en la vida misma !
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